viernes, 25 de junio de 2010

¿Por qué es importante un adecuado hábito de higiene?


No adquirir un buen hábito de higiene en la infancia puede acarrear problemas de salud y también dificultades sociales, ya que las personas de apariencia sucia provocan el rechazo. Con la repetición de ciertas rutinas de aseo y limpieza los niños adquieren unos hábitos saludables de higiene que les acompañarán durante toda su vida.

Para poder llevar a cabo la higiene personal es preciso que desarrollen una compleja coordinación de habilidades y ponerlas en práctica todos los días. Es, por tanto, un proceso largo y complicado que comienza en el bebé y que se mantiene hasta que son capaces de ocuparse de su higiene de manera automática (hacia los 10 o 12 años).

La higiene ha de convertirse en un hábito y el mejor momento para adquirirlo es la infancia. Al principio estas tareas las realizarán los padres, pero poco a poco tendrán que delegar responsabilidades en el niño hasta hacerlas por sí solo.

El desarrollo de este hábito en la infancia proporciona autonomía al niño y le hace responsable de rutinas que mantienen su salud. La adquisición de éste, como cualquier otro hábito, dan seguridad, confianza e independencia al niño, y la seguridad hace del niño un ser feliz.

Es imprescindible para que el niño pueda sentirse limpio, la adquisición de la habilidad para controlar los esfínteres, la habilidad de orinar y defecar en el váter.

Cuando el bebé nace, no tiene aún la capacidad neurológica suficiente para ejercer el control voluntario de sus esfínteres. A medida que su desarrollo físico se lo permita (entre el año y medio y los tres años), el niño, con la ayuda de vosotros, sus padres/cuidadores, logrará que su acto reflejo se convierta en voluntario. Además aprende lo desagradable que es estar sucio y desea estar limpio. La higiene le proporciona sensación de bienestar.

La correcta adquisición de esta habilidad requiere tiempo; se dan muchos momentos de éxito, pero también hay pequeños accidentes. Vuestra reacción en estos casos es fundamental para que se siga desarrollando con éxito.

Para establecer un adecuado hábito de higiene es necesario que seáis insistentes y superviséis la higiene de los niños, para que llegue a formar parte de su vida cotidiana y lo automatice. Asimismo, la incorporación de este hábito en la niñez sienta las bases para hábitos y límites futuros.

Cuando el niño se ve capaz de ocuparse de sus tareas de aseo aumenta su percepción de valía, se sabe responsable y siente satisfacción por su capacidad para hacer las cosas por sí mismo. Mejora su autoestima.

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