viernes, 25 de junio de 2010

Escuela de Padres: “Prevenir y afrontar problemas de conducta”
-Para padres con hijos entre los 3-4 años hasta los 12-

¿Qué pretendemos con esta Escuela de Padres?

1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan afrontar los problemas de conducta de vuestros hijos, poder mantener los logros, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.


Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:

  • Cómo establecer y mantener límites:
    • La importancia de poner límites.
    • ¿Cómo aplicar los límites según su edad?
    • ¿Cómo ejercer la autoridad?
    • ¿Cómo debes comunicarte con tus hijos para establecer y mantener límites?
    • ¿Cómo y cuándo debes atender o ignorar su comportamiento?
    • ¿Por qué es importante decir “no”?
    • ¿Cómo debes darle órdenes?
    • ¿Cómo actuar ante el “no” a todo, las malas contestaciones, las rabietas o la desobediencia?
    • ¿Cuáles son las normas que siempre hay que enseñarles?
    • La importancia del acuerdo entre los padres/cuidadores.
  • Cómo premiar y castigar:
    • ¿Cómo premiar y castigar según su edad?
    • ¿Por qué es importante que su comportamiento tenga consecuencias?
    • ¿Cómo educar en positivo?
    • ¿Cuándo son efectivos los premios y los castigos?
    • ¿Qué hacer para disminuir conductas inadecuadas?
    • ¿Cómo conseguir que repita las conductas adecuadas?
2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros encontréis.

3- Favorecer la comprensión de los comportamientos de vuestros hijos, que conozcáis su desarrollo, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.


Más información sobre la importancia de los limites  en este apartado: ¿Por qué establecer límites disminuye los problemas de conducta en los niños?
¿Por qué establecer límites disminuye
los problemas de conducta en los niños?

Una de vuestras quejas más habituales, como padres/cuidadores, se refiere a la desobediencia de vuestros hijos. Tras estas quejas se esconde la necesidad de saber cómo educar a vuestro hijo con disciplina y sentido de la responsabilidad sin vivir estresados ni permanentemente enfadados.
Para que no se dé este tipo de comportamientos los niños deben aprender cuál es la forma adecuada de comportarse. Sois los padres quienes podéis darles esta información, poniendo límites a su conducta mediante normas, enseñándole a aceptar las normas y las consecuencias de su comportamiento.
Los límites debéis traducirlos en normas que establecen un orden de funcionamiento en la familia. Cada familia ha de establecer sus propias normas. Tendréis que aprender a establecer límites justos, sin quedaros cortos, ni pasaros de estrictos impidiendo que vuestros hijos se responsabilicen de sus actos. De esta forma os convertís en figuras de autoridad para el niño.
Con toda probabilidad habrá que decir “no” para mantener las normas. Esto generará conflictos con los niños. No temáis a los conflictos, sólo aprender a afrontarlos. Cuando marquéis límites en casa lo más probable es que vuestro hijo intente saltárselos. Si vuestra actitud es serena, tranquila y consecuente el niño aprenderá que no siempre puede hacer lo que quiere, y le servirá de modelo cuando tenga que solucionar sus propios conflictos.
Al aplicar los límites también es importante, para establecerlos con éxito, la forma en que os comunicáis en la familia; así como diferenciar la disciplina y los límites, del autoritarismo.
Si los límites y consecuencias –tanto del cumplimiento como del incumplimiento- están correctamente definidos, tu hijo aprenderá a hacerse responsable de las consecuencias de su comportamiento. Al principio necesitará que el límite lo fijéis vosotros, pero, con el tiempo, no precisarán que alguien les diga cómo actuar, porque ya habrán interiorizado cuándo un comportamiento es adecuado y cuándo no, y las consecuencias que conlleva.
El mejor momento para hacerlo es la infancia para prevenir problemas de conducta en la adolescencia. Veamos por qué.
Cuando tienen dos o tres años, es frecuente ceder a caprichos y rabietas que creemos sin importancia y, momentáneamente, nos sentimos aliviados. Tras un tiempo, lo que antes eran caprichos se convierten en exigencias. Vuestro pequeño aprende que la estrategia de molestar mucho es válida para conseguir lo que quiere.
Cuando ese niño es adolescente, no ha aprendido a aceptar una negativa. Por el contrario, tiene claro que, con determinadas conductas, muchas veces de tipo agresivo, consigue lo que quiere. Además, no entiende lo que significa hacer un esfuerzo para lograr algo, puesto que todo lo que quiso de pequeño se lo dieron.
La adolescencia es la etapa en la que la fuerza de arrastre del grupo es mayor. Es importante decir que no, pero hay que haber aprendido antes de hacerlo. Si en casa todo han sido “síes” para evitar el conflicto, lo que él ha aprendido es que la forma de solucionar los problemas que se derivarían de negarse a algo es aceptar todo lo que el grupo diga. Por eso lo que enseñéis a vuestros hijos en la infancia es importantísimo. De la chuchería en el supermercado podemos pasar a no saber decir que no al alcohol.
Los niños no conocen el mundo que les rodea, por eso lo exploran, prueban y comprueban las consecuencias de sus actos. Quieren experimentar todo ellos mismos y no les sirve que les advirtáis; necesitan indagar, conocer las consecuencias. La experiencia les enseña hasta dónde pueden llegar en la familia. Con el tiempo, extrapolarán su aprendizaje a otros ambientes donde existe autoridad, como el colegio o el instituto. Y quizá de adultos mantendrán el mismo comportamiento y se convertirán en individuos incómodos, tiranos, exigentes e incluso agresivos en sus relaciones.
Un niño al que no le hayan puesto límites desde pequeño tiene muchas probabilidades de desarrollar conductas de desobediencia, exigencias y desorden. Todos los niños quieren y necesitan comprender las normas existentes en el medio que les rodea, saber quién está al mando y con quién pueden contar para que le guíe en su aprendizaje, si no, se sienten perdidos, se vuelven apáticos y pasivos o, por el contrario, irascibles y tiranos. Si soportan normas inconsistentes viven en una continua ansiedad por no saber lo que ocurrirá después de su comportamiento.
Los adultos educadores debemos enseñarles lo que pueden hacer y lo que no, y la manera más eficaz es mostrarles las consecuencias –tanto positivas como negativas- de cada una de sus conductas. Además, enseñarles a tolerarlas, planteándoles situaciones en las que no siempre consigan lo que quieren. Debéis generar en casa un sistema de premios y castigos que muestre a vuestro hijo las consecuencias de cada conducta, y aplicarlo con constancia.
Podéis mantener las normas siendo coherentes y justos, siempre que sepáis acompañar los límites con la alabanza, el premio, el reconocimiento, la aprobación… Siendo capaces de combinar el cariño con la firmeza.
Taller: “No va bien en el cole”
-Para padres con hijos entre los 3-4 años hasta los 12-

¿Qué pretendemos con este Taller?

1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan afrontar los problemas con los estudios de vuestros hijos, poder mantener los logros, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.


Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:

  • ¿Por qué es importante un hábito de estudio adecuado?
  • ¿Qué puede hacer tu hijo según su edad?
  • ¿Cómo empezar a establecer el hábito de estudio?
  • ¿Cuál debe ser la actitud de los padres ante el estudio de sus hijos?
  • ¿Cómo afrontar los suspensos?
  • ¿Cómo fomentar el hábito de la lectura desde casa?
  • ¿Qué le distrae? ¿Cómo favorecer su concentración?
  • ¿Qué son las técnicas de estudio? ¿Cómo ayudarle a aprender/utilizar un método de estudio?
  • ¿Cómo motivarle para que estudie? ¿Cómo favorecer el gusto por aprender?
  • ¿Qué hacer si no tiene regularidad en el estudio?
  • Mi hijo no avanza en la lectura, ¿tendrá dislexia?
  • Mi hijo no quiere ir al colegio ¿tendrá fobia escolar?
  • ¿Qué hacer desde casa ante el fracaso escolar (bajo rendimiento continuado y escaso interés por lo escolar)?
  • ¿Cómo ayudarle a afrontar un examen?
  • ¿Cómo elegir las actividades extra-escolares?
2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros encontréis.

3- Favorecer la comprensión de los comportamientos de vuestros hijos relacionados con sus estudios, que conozcáis su desarrollo, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.


También puede interesarte…
Entrenamiento en el hábito y las técnicas de estudio- Primaria.
Entrenamiento en el hábito y las técnicas de estudio- Secundaria.
¿Por qué es importante el hábito de estudio en casa?

La educación es fundamental para el desarrollo de los niños. Los adultos/educadores debemos facilitar a nuestros hijos algo más que herramientas para ampliar conocimientos, debemos educarles en el hábito de estudio desde pequeños, porque con la adquisición del hábito les facilitamos
  • Que desarrollen la memoria y la atención, aprenden a concentrarse,
  • Que aprendan a organizarse y a marcarse metas realistas,
  • Que desarrollen disciplina, pues el estudio implica esfuerzo y constancia,
  • Que aprendan a alternar tiempo para el estudio y tiempo para el ocio,
  • Que aprendan a auto-controlarse y a enfrentarse a momentos de estrés, como los exámenes,
  • Que desarrollen un método de estudio que les permita relacionar conocimientos y, de este modo, elaborar opiniones personales de lo que les rodea,
Los niños con buenos hábitos de estudio serán más capaces de adaptarse y desempeñar con éxito las labores encomendadas posteriormente en sus puestos de trabajo. Los niños que desarrollan el hábito de estudio tienen muchas menos probabilidades de tener problemas académicos como el fracaso escolar o la fobia a lo escolar, porque la ausencia de rutina y perseverancia en el estudio y la falta de método adecuado (no saber cómo estudiar) son las causas principales.
A través del hábito de estudio el niño asimila los conocimientos que le imparten en el colegio. En la Educación infantil, la tarea escolar es un recordatorio en casa del trabajo realizado en clase, y sirve para iniciarlo en el hábito de estudio. Las tareas diarias empiezan con la Educación Primaria.
El hábito de estudio, empieza a establecerse alrededor de los 8 años, pero depende de otros hábitos que han de fijarse antes, de la coherencia en las normas y límites que rijan en la familia, de los refuerzos y del tiempo dedicado al niño. Sin olvidar la importancia de una actitud de los padres que estimule el gusto por aprender.
En otros apartados de este programa de formación insistimos en la importancia de establecer hábitos de sueño, alimentación e higiene desde que el niño nace, mediante rutinas, porque eso le ayuda a desarrollar posteriormente otro tipo de hábitos como el estudio. Un niño que ha crecido respetando hábitos y límites no presentará muchas dificultades cuando se enfrente a la tarea de estudiar, pero al que no ha conocido rutinas y límites le será difícil empezar por uno nuevo que exige concentración y atención.
El papel de la familia es muy importante para prestar apoyo en la realización de las tareas escolares, para conseguir la implicación del niño y para ayudarle a superar los miedos. Es tarea de los padres exigir y animar al niño. Una exigencia gradual que empieza con la instauración del hábito y, poco a poco, se traslada a las tareas y su desarrollo.
Si la exigencia de un rendimiento está muy por encima de las posibilidades del niño genera en él una gran desmotivación hacia los estudios, porque se frustra al no alcanzar sus metas. También influye en su motivación el exceso de castigos o los pocos refuerzos (alabanzas, premios, felicitaciones…) hacia las actividades académicas.
Por otro lado, las familias que basan la educación en la sobreprotección fomentan la inseguridad y dificultan la realización de las tareas de forma autónoma, de tal manera que los niños no trabajan si no es con sus padres. Tan negativa como la sobreprotección es la indiferencia de los progenitores en relación con el rendimiento escolar de sus hijos.
La carencia de un hábito de estudio adecuado, junto con una supervisión/apoyo paterno deficientes trae como consecuencia niños con un bajo rendimiento y/o con mala conducta en el colegio. Son niños que no estudian, eluden sus responsabilidades, no tienen hábito de sentarse a trabajar, no hacen nada a derechas y hay que estar permanentemente encima de ellos. Tienen un déficit en la adquisición de responsabilidades básicas y no han conocido normas ni rutinas estables y coherentes. Por tanto, necesitan empezar por instaurar hábitos, y no sólo el del estudio.


Charla: “La importancia de enseñarle normas y límites”
-Para padres con hijos entre 3-4 años hasta los 12-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:
  • ¿Por qué es importante poner/mantener límites antes de la adolescencia?
  • ¿Cómo debes comunicarte con tus hijos para establecer y mantener las normas?
  • ¿Por qué es importante decir “no”?
  • ¿Cómo dar las órdenes?
  • ¿Cómo actuar ante el “no” a todo, las malas contestaciones o las rabietas?
  • ¿Cuáles son las normas que siempre hay que enseñarles?
Más información sobre lnormas y limites  en este apartado: ¿Por qué establecer límites disminuye los problemas de conducta en los niños?
Charla: “Tiene malas notas ¿qué hago?”
-Para padres entre 3-4 años hasta los 12-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:
  • ¿Cuál es la causa de sus malas notas?
  • ¿Cuál es la actitud adecuada de los padres ante las malas notas?
  • ¿Cómo crear/fomentar el hábito de estudio diario?
  • ¿Cómo les puedes ayudar a aprender a estudiar?
Charla: “Uso de las nuevas tecnologías: internet, vídeojuegos, móvil”.
-Para padres con hijos entre 3-4 años hasta los 16-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:

  • Cómo usan los hijos internet, los videojuegos y el móvil.
  • ¿Qué beneficios y peligros tienen las nuevas tecnologías?
  • ¿Cómo detectar una adicción a las tecnologías?
  • ¿Qué hacer para fomentar un uso adecuado de las nuevas tecnologías?
Escuela de Padres: “Aprendizaje de hábitos y límites”
- Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-


¿Qué pretende esta Escuela de Padres?
1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan establecer en vuestros hijos hábitos y límites adecuados, mantenerlos, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.

Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:

  • ¿Qué puede hacer tu hijo según su edad?
  • ¿Cómo crear rutinas adecuadas para prevenir problemas futuros en la comida, al dormir o con su aseo personal y control de esfínteres?
  • Alimentación:
    • ¿Cómo abordar adecuadamente el destete, el paso a la papilla o a los alimentos sólidos, y la introducción de nuevos sabores?
    • Método para enseñarle a comer si la comida se eterniza, vomita, no come de todo, o se le hace “bola” u otros problemas.
  • Sueño:
    • ¿Cómo duerme tu hijo?
    • ¿Qué hacer para prevenir el insomnio, las pesadillas o los terrores nocturnos? ¿Cómo actuar?
    • Métodos para enseñarle a dormir si le cuesta coger el sueño, o no quiere dormir solo, ha de hacerlo con papá/mamá, o hay que mecerlo para que se duerma, entre otros problemas.
  • Higiene:
    • ¿Cómo iniciarle en el hábito cuando es bebé?
    • ¿Cómo favorecer su autonomía en su aseo personal?
    • ¿Qué hacer para ayudarle a abandonar el pañal o a usar el retrete?
    • ¿Cómo actuar si no lo consigue?
  • Establecer límites:
    • ¿Cómo debes comunicarte con tus hijos para establecer y mantener límites?
    • ¿Por qué es importante decir “no”?
    • ¿Cómo debes darle órdenes?
    • ¿Cómo actuar ante el “no” a todo, las malas contestaciones, las rabietas o la desobediencia?
    • La importancia del acuerdo entre los padres/cuidadores.
  • Premiar mucho y castigar bien:
    • ¿Por qué es importante que su comportamiento tenga consecuencias?
    • ¿Cuándo son efectivos los premios y los castigos?
    • ¿Qué hacer para disminuir conductas inadecuadas?
    • ¿Cómo conseguir que repita las conductas adecuadas?
2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros encontréis.

3- Favorecer la comprensión del comportamiento de vuestros hijos, conozcáis su desarrollo, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.


Más información sobre la importancia de los limites y los hábitos en este apartado: ¿Por qué es fundamental el aprendizaje de hábitos y límites antes de los 4 años?
¿Por qué es fundamental el aprendizaje de hábitos y límites antes de los 4 años?

Con el nacimiento los bebés pierden la placidez y la seguridad  del vientre materno en donde todas sus necesidades estaban cubiertas. El cerebro del bebé al nacer sólo tiene la capacidad para responder con determinados actos reflejos (como por ejemplo, succionar para alimentarse). Desde el nacimiento tus hijos inician un proceso de aprendizaje continuo. Somos los padres y cuidadores quienes debemos satisfacer sus necesidades y ayudarles en todos sus aprendizajes.

Al nacer han de “aprender a vivir” en un mundo que básicamente les es hostil, para ellos es impredecible e inseguro. Los adultos debemos ayudarles a organizar su vida mediante rutinas y hábitos. Primero deben aprender a comer y dormir. Más adelante, a ser más autónomos con el control de esfínteres y los hábitos de higiene y aseo personal. Cada paso hacia su autonomía es un logro en su maduración, y una nueva parcela de independencia para los padres.

Los niños desconocen hasta dónde pueden llegar en su comportamiento, han de aprender lo que pueden y lo que no pueden hacer. Necesitan las normas y los límites de los adultos para saber qué ocurrirá si hacen tal o cual cosa, de esta forma se sienten protegidos, en caso contrario se sentirán desorientados y lo expresarán con conductas caprichosas o agresivas.

Establecer hábitos, rutinas, normas y límites inevitablemente implica conflictos. No debemos tener miedo de los conflictos, los niños aprenden y se desarrollan superándolos. La forma en que los padres solucionen los desencuentros con sus pequeños, ya desde sus primeras semanas de vida, determinará la probabilidad de dificultades frente a posteriores aprendizajes.

Los aprendizajes relacionados con la comida, el sueño, la higiene, los límites son las primeras dificultades que el niño debe afrontar. Si los padres lo hacen con tranquilidad y seguridad se convierten en modelos para el niño. Indicándole lo que tiene que hacer y lo que no el niño empieza a asimilar que no siempre puede hacer las cosas como desea. En definitiva aprende a tolerar la frustración. Le ayudamos a ser feliz.

Establecer hábitos, rutinas, normas y límites convierte a los padres en referente de autoridad para el niño. Hacerlo de forma adecuada antes de los tres o cuatro años nos evitará muchas preocupaciones en un futuro.

En estos primeros años se forjan los pilares de su salud emocional. Intentemos construirlos firmes y resistentes desde un principio, en el momento en que son más fácilmente modificables.

Más información sobre la importancia de los hábitos y los límites, en estos apartados:
Taller: “Cómo establecer y mantener límites.
Cómo premiar y castigar.”
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-


¿Qué pretendemos con este Taller?
1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan establecer en vuestros hijos normas y límites, poder mantenerlos, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.


Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:
  • Establecer límites:
    • ¿Cómo aplicar los límites según su edad?
    • La importancia de poner límites.
    • ¿Cómo ejercer la autoridad?
    • ¿Cómo debes comunicarte con tus hijos para establecer y mantener límites?
    • ¿Por qué es importante decir “no”?
    • ¿Cómo debes darle órdenes?
    • ¿Cómo actuar ante el “no” a todo, las malas contestaciones, las rabietas o la desobediencia?
    • ¿Cuáles son las normas que siempre hay que enseñarles?
    • La importancia del acuerdo entre los padres/cuidadores.
  • Premiar mucho y castigar bien:
    • ¿Cómo premiar y castigar según su edad?
    • ¿Por qué es importante que su comportamiento tenga consecuencias?
    • ¿Cuándo son efectivos los premios y los castigos?
    • ¿Qué hacer para disminuir conductas inadecuadas?
    • ¿Cómo conseguir que repita las conductas adecuadas?
2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros os encontréis.

3- Favorecer la comprensión de los comportamientos de vuestros hijos, que conozcáis su desarrollo, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.

Más información sobre la importancia de los limites  en este apartado: ¿Por qué es importante establecer y mantener límites?
Taller: “Aún se hace pis encima”
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-


¿Qué pretendemos con este Taller?

1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan establecer en vuestros hijos un hábito de higiene adecuado, poder mantenerlo, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.



Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:
  • ¿Qué puede hacer según su edad?
  • ¿Cómo iniciarle en el hábito cuando es bebé?
  • ¿Cómo favorecer su autonomía en su aseo personal?
  • ¿Qué hacer para ayudarle a abandonar el pañal o a usar el retrete?
  • ¿Cómo actuar si no lo consigue?

2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros os encontréis.

3- Favorecer la comprensión de los comportamientos de vuestros hijos relacionados con la higiene y el control de esfínteres, que conozcáis cuál es su desarrollo adecuado, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.

Más información sobre la importancia del hábito de la higiene en este apartado: ¿Por qué es importante un adecuado hábito de higiene?
Taller: “Nadie duerme en casa”
-Para padres entre 0 y 3-4 años-

¿Qué pretendemos con este Taller?

1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan establecer en vuestros hijos un hábito de sueño adecuado, poder mantenerlo, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.
 
Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:
  • ¿Cómo duerme tu hijo en cada momento de su desarrollo?
  • ¿Qué hacer para prevenir el insomnio, las pesadillas o los terrores nocturnos? ¿Cómo actuar?
  • ¿Qué pautas y rutinas enseñarle en cada momento de su desarrollo?
  • ¿Cómo y cuándo hacer el paso de la cuna a la cama?
  • Métodos para enseñarle a dormir si le cuesta coger el sueño, o no quiere dormir solo, ha de hacerlo con papá/mamá, o hay que mecerlo para que se duerma… u otras dificultades.
  • Las prácticas naturistas: lactancia materna y colecho.
2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros encontréis.

3- Favorecer la comprensión de los comportamientos de vuestros hijos relacionados con el sueño, que conozcáis cuál es su desarrollo adecuado, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.

Más información sobre la importancia del hábito del sueño en este apartado: ¿Por qué es importante enseñarle a dormir?
Taller: “¡Qué mal me come!”
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-

¿Qué pretendemos con este Taller?

1- Facilitar recursos, técnicas y “formas de hacer” que os permitan establecer en vuestros hijos un hábito en la alimentación adecuado, poder mantenerlo, y solucionar las dificultades que, con toda probabilidad, surgirán.

Estas son algunas de las cuestiones que abordaremos:

  • ¿Qué y cómo ha de comer tu hijo según su edad?
  • ¿Cómo crear rutinas adecuadas para prevenir problemas futuros en la comida?
  • Pautas para prevenir la obesidad.
  • La importancia de la actitud paterna.
  • ¿Cómo abordar el destete, el paso a la papilla o a los alimentos sólidos, y la introducción de nuevos sabores?
  • Método para enseñarle a comer si la comida se eterniza, vomita, no come de todo, o se le hace “bola”, entre otras dificultades.

2- Facilitar la puesta en práctica de estos conocimientos en vuestra familia, analizando en las sesiones las dificultades y obstáculos que cada uno de vosotros encontréis.

3- Favorecer la comprensión de los comportamientos de vuestros hijos relacionados con la alimentación, conozcáis cuál es su desarrollo adecuado, y podáis actuar en consecuencia en cada etapa de su crecimiento.


Más información sobre la importancia del hábito de la alimentación en este apartado: ¿Por qué es importante que aprenda a comer?
Charla: “El momento de quitar el pañal” 
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:
  • ¿Cuándo está tu hijo preparado para enseñarle?
  • ¿Qué hacer antes de quitarle el pañal?
  • La actitud de los padres.
  • Método para enseñarle a hacer pipí/caca en el váter.
¿Por qué es importante establecer y mantener límites?

Una de vuestras quejas más habituales, como padres/cuidadores, se refiere a la desobediencia de vuestros hijos: “!Nunca hace caso a la primera! Tenemos que repetirle las cosas cinco veces”. Para que no se dé este tipo de comportamientos los niños deben aprender cuál es la forma adecuada de comportarse. Sois los padres quienes podéis darles esta información, poner límites a su conducta mediante normas.

Los límites debéis traducirlos en normas que establecen un orden de funcionamiento en la familia. Cada familia ha de establecer sus propias normas. También vosotros debéis aprender a establecer límites justos, sin quedarse cortos, ni pasarse de estrictos impidiendo que vuestros hijos se responsabilicen de sus actos. De esta forma os convertís en figuras de autoridad para el niño.

Con toda probabilidad habrá que decir “no” para mantener las normas. Esto generará conflictos con los niños. El conflicto es parte de la vida, no hay que tenerle miedo, sino aprender a afrontarlo. Al aplicar los límites también debéis tener en cuenta, para establecerlos con éxito, la forma en que os comunicáis en la familia; así como diferenciar la disciplina y los límites del autoritarismo.

Cuando marquéis límites en casa lo más probable es que vuestro hijo intente saltárselos. Si vuestra actitud es serena, tranquila y consecuente el niño aprenderá que no siempre puede hacer lo que quiere, y le servirá de modelo cuando tenga que solucionar sus propios conflictos.

Si los límites y consecuencias –tanto del cumplimiento como del incumplimiento- están correctamente definidos, aprenden a hacerse responsables de las consecuencias de su comportamiento. Al principio necesitan que el límite venga de fuera, que lo fijéis vosotros, pero, con el tiempo, no precisarán que alguien les diga cómo actuar, porque ya habrán interiorizado cuándo un comportamiento es adecuado y cuándo no.

Cuando llegan los terribles dos o tres años, vuestro hijo, que todavía no sabe expresar con palabras lo que le ocurre, soluciona cualquier contrariedad con rabietas. Es frecuente ceder a caprichos que creemos sin importancia y, momentáneamente, nos sentimos aliviados porque “por fin he conseguido que se calle”. Tras un tiempo, lo que antes eran caprichos ahora son exigencias. Vuestro pequeño aprende que la estrategia de molestar mucho es válida para conseguir lo que quiere. A largo plazo se generalizan este tipo de comportamientos.

Un niño al que no le hayan puesto límites desde pequeño tiene muchas probabilidades de desarrollar conductas de desobediencia, exigencias y desorden. Todos los niños quieren y necesitan comprender las normas existentes en el medio que les rodea, saber quién está al mando y con quién pueden contar para que le guíe en su aprendizaje, si no, se sienten perdidos, se vuelven apáticos y pasivos o, por el contrario, irascibles y tiranos. Si soportan normas inconsistentes viven en una continua ansiedad por no saber lo que ocurrirá después de su comportamiento.

Los niños no conocen el mundo que les rodea, por eso lo exploran, prueban y comprueban las consecuencias de sus actos. Quieren experimentar todo ellos mismos y no les sirve que les advirtáis; necesitan indagar, conocer las consecuencias. La experiencia les enseña hasta dónde pueden llegar en la familia. Con el tiempo, extrapolarán su aprendizaje a otros ambientes donde existe autoridad, como el colegio. Y quizá de adultos mantendrán el mismo comportamiento y se convertirán en individuos incómodos, tiranos, exigentes e incluso agresivos en sus relaciones.

Los adultos educadores debemos enseñarles lo que pueden hacer y lo que no, y la manera más eficaz es mostrarles las consecuencias –tanto positivas como negativas- de cada una de sus conductas. Además, enseñarles a tolerarlas, planteándoles situaciones en las que no siempre consigan lo que quieren. Debéis generar en casa un sistema de premios y castigos que muestre a vuestro hijo las consecuencias de cada conducta, y aplicarlo con constancia.

Si aplicáis consecuencias de forma coherente, teniendo en cuenta la edad y características del niño, poco a poco, se hará responsable de su comportamiento y de sus consecuencias. Por el contrario si no experimenta consecuencias de sus acciones, es muy probable que se convierta en un tirano porque presupone que los demás deben estar a su disposición cuando lo desee.

Podéis mantener las normas siendo coherentes y justos, siempre que sepáis acompañar los límites con la alabanza, el premio, el reconocimiento, la aprobación… Siendo capaces de combinar el cariño con la firmeza, no debéis tener miedo de exigir a vuestros hijos que respeten los límites en su conducta y las normas del hogar.

Charla: “La importancia de enseñarle normas y límites”

Charla: “La importancia de enseñarle normas y límites”
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:

  • ¿Por qué es importante poner límites?
  • ¿Cómo hacerlo según su edad?
  • La importancia de decir no. ¿Cómo hacerlo para que sea eficaz y educativo?
  • ¿Cómo dar órdenes en positivo?
  • ¿Qué hacer para manejar las rabietas?
Más información sobre la importancia de los limites  en este apartado: ¿Por qué es importante establecer y mantener límites?
¿Por qué es importante un adecuado hábito de higiene?


No adquirir un buen hábito de higiene en la infancia puede acarrear problemas de salud y también dificultades sociales, ya que las personas de apariencia sucia provocan el rechazo. Con la repetición de ciertas rutinas de aseo y limpieza los niños adquieren unos hábitos saludables de higiene que les acompañarán durante toda su vida.

Para poder llevar a cabo la higiene personal es preciso que desarrollen una compleja coordinación de habilidades y ponerlas en práctica todos los días. Es, por tanto, un proceso largo y complicado que comienza en el bebé y que se mantiene hasta que son capaces de ocuparse de su higiene de manera automática (hacia los 10 o 12 años).

La higiene ha de convertirse en un hábito y el mejor momento para adquirirlo es la infancia. Al principio estas tareas las realizarán los padres, pero poco a poco tendrán que delegar responsabilidades en el niño hasta hacerlas por sí solo.

El desarrollo de este hábito en la infancia proporciona autonomía al niño y le hace responsable de rutinas que mantienen su salud. La adquisición de éste, como cualquier otro hábito, dan seguridad, confianza e independencia al niño, y la seguridad hace del niño un ser feliz.

Es imprescindible para que el niño pueda sentirse limpio, la adquisición de la habilidad para controlar los esfínteres, la habilidad de orinar y defecar en el váter.

Cuando el bebé nace, no tiene aún la capacidad neurológica suficiente para ejercer el control voluntario de sus esfínteres. A medida que su desarrollo físico se lo permita (entre el año y medio y los tres años), el niño, con la ayuda de vosotros, sus padres/cuidadores, logrará que su acto reflejo se convierta en voluntario. Además aprende lo desagradable que es estar sucio y desea estar limpio. La higiene le proporciona sensación de bienestar.

La correcta adquisición de esta habilidad requiere tiempo; se dan muchos momentos de éxito, pero también hay pequeños accidentes. Vuestra reacción en estos casos es fundamental para que se siga desarrollando con éxito.

Para establecer un adecuado hábito de higiene es necesario que seáis insistentes y superviséis la higiene de los niños, para que llegue a formar parte de su vida cotidiana y lo automatice. Asimismo, la incorporación de este hábito en la niñez sienta las bases para hábitos y límites futuros.

Cuando el niño se ve capaz de ocuparse de sus tareas de aseo aumenta su percepción de valía, se sabe responsable y siente satisfacción por su capacidad para hacer las cosas por sí mismo. Mejora su autoestima.
Charla: “De la higiene del bebé a la del niño”
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:

  • ¿Por qué es importante que tu hijo adquiera un buen hábito de higiene?
  • ¿Qué puede hacer según su edad?
  • ¿Cómo enseñarle desde que es bebé el aseo personal?
  • ¿Cómo estimularle para dejar el pañal y usar el retrete?
Más información sobre la importancia del hábito de la higiene en este apartado: ¿Por qué es importante un adecuado hábito de higiene?
¿Por qué es importante enseñarle a dormir?


El sueño es imprescindible para la vida, por su función en la recuperación de las funciones fisiológicas y porque es fundamental en la adquisición de nuevas capacidades. Los niños desde su nacimiento están inmersos en un proceso continuo de aprendizaje, proceso que se ve entorpecido por la falta de sueño.

El sueño y la alimentación son los dos primeros hábitos que tienen que aprender los niños. No nacen sabiendo dormir, es un hábito que deben aprender. El papel de los padres es fundamental.

A los seis o siete meses se debe empezar a inculcar una rutina. Con estas rutinas el niño sabe qué va a ocurrir a continuación, estáis facilitando que su mundo sea predecible, con lo que le proporcionáis seguridad y estabilidad emocional. Además le facilitáis el aprendizaje de otros hábitos que adquirirá más adelante.

Cuando un niño no adquiere un hábito de sueño adecuado es muy probable que, en torno a los dos o tres años, las pesadillas y los terrores nocturnos aparezcan con más fuerza y se alarguen en el tiempo más de lo que se considera habitual.

Cuando un niño no duerme bien, tampoco vosotros, los padres/cuidadores. Como consecuencia, no descansáis, afecta a vuestra concentración, estáis irritables y dedicáis cualquier momento libre para recuperar horas de sueño, con lo que disminuye también el tiempo para disfrutar de vuestro hijo.

El momento de acostar a tus hijos debe ser un momento tranquilo y relajado, no debe convertirse en un momento de tensión. Debes enseñar a tu hijo a dormirse por sus propios medios. Debes enseñarle a ir ganando autonomía poco a poco.

Aprender a dormir es una de las primeras situaciones que el niño resuelve sin ayuda, nadie puede dormir por él. Enseñándole a dormir solo le enseñas a enfrentarse a los problemas y a solucionarlos, potencias su independencia y autoestima.

Si el niño aprende un buen hábito del sueño se reduce la probabilidad de que se convierta en un adulto insomne o con problemas con el sueño.
Charla: “Enseñarle a dormir según su edad”
-Para padres con hijos entre 0 y 3-4 años-

Estas son algunas de las cuestiones que se abordarán en esta charla:

  • ¿Por qué es importante que tu hijo adquiera un buen hábito de sueño?
  • ¿Cómo es el sueño de tu hijo según su edad?
  • ¿Qué hacer si le cuesta dormirse o se despierta durante la noche?
  • ¿Qué hacer ante las pesadillas o los terrores nocturnos?
Más información sobre la importancia del hábito del sueño en este apartado: ¿Por qué es importante enseñarle a dormir?
¿Por qué es importante que aprenda a comer?

Con toda seguridad el hecho de que tu hijo no coma bien es una de las situaciones que más preocupación te genera. “¿Por qué si su pediatra dice que está bien?”.

Los niños, desde muy pequeños, se percatan que los padres harán cualquier cosa para que coma. El problema es que el pequeño “aprende” que sus padres responden a sus deseos, y lo generaliza a otros ámbitos de su vida en la familia, primero, y después fuera del hogar.

La importancia de establecer rutinas y un hábito de alimentación estable reside, entre otras razones, en que el niño mediante las pequeñas normas durante la comida va asimilando poco a poco que vive en un mundo de reglas. Hay unas determinadas horas para comer y existe una forma determinada de hacerlo. Sólo una actitud adecuada de los padres ante los pequeños conflictos iniciales con la comida, le facilitará este aprendizaje.

El desarrollo de un buen hábito de alimentación no sólo evita carencias en su nutrición y conflictos familiares a la hora de la comida, además, previene enfermedades como la obesidad o hábitos alimenticios poco saludables en el adulto.

Al margen de la comida en sí misma, la alimentación tiene una relevancia añadida. Le ayuda a madurar emocionalmente. Un buen hábito de alimentación no se refiere únicamente al hecho en sí de comer y lo que come, además, a todo un conjunto de comportamientos que lleva asociados.

Mediante la alimentación se fomenta la autonomía del niño. A medida que el bebé crece empieza a querer hacer las cosas por sí solo: coger el biberón, la cuchara, etc. Es de las primeras cosas que puede hacer por sí solo.

La alimentación es la primera fuente de conflictos para el niño, según sea la forma en que se resuelva, aprende una forma de solucionar los problemas según sea el modelo que le ofrezcan sus padres con su actitud.

Un niño que come lo que quiere, cuándo quiere y cómo quiere, es muy probable que recoja sus juguetes cuando quiera o no los recoja, y también estudiará cuando le apetezca o no se irá a la cama cuando llega su hora. El aprendizaje de un hábito facilita el aprendizaje de otros hábitos.